El concepto de "quiet luxury" o lujo silencioso ha revolucionado el interiorismo, alejándose de la ostentación para centrarse en la calidad discreta y la elegancia atemporal. Este enfoque se puede implementar en cualquier hogar con cambios estratégicos:
Paletas cromáticas sofisticadas
Los tonos neutros trabajados son la base de este estilo. Grises cálidos, blancos rotos, tonos topo y arena crean una base sofisticada que permite que los materiales y texturas sean los protagonistas. La clave está en elegir tonos con matices que aporten profundidad sin llamar la atención.
Detalles de calidad
Los elementos arquitectónicos cuidados marcan la diferencia. Molduras pintadas en tonos contrastantes, cortinas confeccionadas a medida y textiles nobles como lino, lana o terciopelo mate elevan cualquier espacio. La inversión se concentra en pocas piezas de calidad superior.
Equilibrio visual inteligente
El quiet luxury se basa en eliminar lo superfluo y potenciar lo esencial. Cada elemento debe tener un propósito claro, manteniendo las proporciones correctas y la armonía visual. Se trata de crear espacios despejados donde la calidad de los materiales sea evidente.
Contrastes texturizados
La combinación de diferentes texturas es fundamental. Papel pintado texturizado con pintura mate, maderas oscuras con paredes claras, o tejidos naturales sobre superficies lisas crean interés visual sin recurrir a elementos decorativos innecesarios.
Este estilo se percibe más que se muestra, creando ambientes sofisticados y atemporales que resisten el paso del tiempo.